sábado, 18 de diciembre de 2010

De complementos.

Hay unos que son capaces de cargar el peso del mundo sobre los hombros, y tras lo ímprobo de la hazaña, lo dejan caer a plomo desde el hombro hasta el antebrazo, para con un movimiento rápido - como quien hace un corte de mangas - llevárselo a la boca, el mundo entonces es engullido con decisión, resolviendo, sin pensar que después es posible que la digestión sea pesada.
Hay otros que van poquito a poco, con cautela, que estudian la mejor manera de distribuir todo ese peso sobre la espalda de una forma equilibrada, estos si deciden que para resolver tienen que comerse el mundo, lo dejan deslizarse lentamente también hasta el antebrazo, y apoyándolo en su cuerpo, se lo comen con palillos.
Ocurre que siendo complementarios los unos suelen desesperar a los otros, y los otros a los unos.
Distintas formas de hacer para llegar al mismo fin.

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