domingo, 3 de noviembre de 2013

"Que no se me acomode el amor pa cuando estalle"


Ahora solo tengo en la cabeza el título del post (y la canción de la que sale). No quiero que se me olvide nunca.

Alguien me regaló el pedir un deseo a un pozo. De golpe todo se llenó de rosa o rojo o no sé, del color que quiera que tenga el amor, que no sé por qué tiene que ser uno de esos dos. Me ha debido pillar un poco a lo Candy Candy. A mí el amor en naranja o amarillo chillón, ya me gusta o me gustaría. Después del cromatismo aprendido, me vino a la cabeza la imagen del corazón de gominola del vídeo (uberCandy Candy), de ahí que ahora solo tenga eso. Un poco después me salió la virgo racional. Pensé en desear trabajo (WTF?. Con lo a gusto que estaba yo, como flotando, sobre algodones de azucar rosas). "No seas seta", me he dicho. He tratado de recuperar el primer pensamiento, pero ya estaba en modo níscalo.

Es cusioso que lo primero en que pensara fuera  amor o no tanto, al final es todo lo que buscamos y lo que nos mueve. No pensé en amor de un modo genérico si no más bien en las sensaciones que produce el estar enamorada, es decir, más genérico todavía. No sé explicarlo. Cuando se siente no se piensa, el problema es cuando se empieza a pensar qué se siente. Puede que con los recuerdos se me haya hiperactivado momentáneamente el núcleo caudado (una de las regiones más primitivas del cerebro. Ahora visiono mi núcleo caudado vestido de troglodita), y haya dejado de funcionar mi corteza prefrontal (a esta la veo en la cola del Sepe, esperando su turno. ¡Fuera seta!). En esas circunstancias cerebrales debería hacer el amor con mucha frecuencia, pero no me ha dado tiempo. Para otra vez, si eso.