lunes, 25 de julio de 2011

Veraneante.

Andaba en la cueva el sábado pasado por la tarde con más pena que gloria no como es habitual, si no con más pena aún y menos gloria todavía, consecuencia entre otras cosas de una resaca de manual, fraguada a conciencia la noche anterior, una de esas noches que ultimamente prolongo hasta que dejan de ser, hasta que amanece, a sabiendas de cómo será el día posterior, a sabiendas de que seré más consciente que nunca de la existencia de mi cabeza, mi estómago y sin suerte también del corazón ese que trato de ahogar sin ningún éxito, a sabiendas pese a todo eso de que para volver a casa necesito estar anestesiada para que no duela nada en este momento.

Andaba irascible, peleándome esa tarde en especial: con el idioma portugués, con la tranquilidad que caracteriza a los habitantes del país vecino, con esa educación que les acompaña - es imposible sacarles de sus casillas y mira que lo intenté - no en vano se dice por aquí: "Eres más cumplido que un portugués", atendiendo o quitándome de en medio al personal que se dejaba - que era poco - rápido, con la única intención de poder sentarme porque en posición erguida mi cansancio era infinito, porque cansada no soy precisamente un pozo de simpatía, porque con sueño soy presa fácil del mal humor y la impaciencia, porque los zuecos de plástico tan ligeros siempre me parecían esa tarde los zapatos de plataforma dignos de una mega Drag queen y la bata una camisa de fuerzas.

Andaba pues en esas, intentando precisamente andar lo menos posible y en los los ratos que lo conseguí, sentada, conectada a internet: mirando vídeos en youtube, fotos de playas en lugares remotos, visitando virtualmente Islas del Pacífico y del Índico para que se me pusieran los dientes largos o para que no se me cayera la cueva encima, buscando alojamiento para este verano, información sobre escuelas de buceo, pisos en alquiler sin tener claro dónde, - cuando digo dónde me refiero a no saber ni en qué ciudad - , leyendo el periódico, con el chat de facebook conectado y la televisión de fondo . Sí, lo sé, no es precisamente el mío un trabajo agotador.

Hora del telediario de las 21:00: la noticia de la muerte de la Winehouse, los sucesos en Noruega, el resto me pasó desapercibido, después comenzaron con esas noticias o informaciones distendidas, en ese momento se produjo la gran revelación. No sé muy bien sobre qué pretendían informar, pero subí el volumen y alcé la cabeza para fijar la vista en la pantalla del televisor: un chico de unos veinte años largos, vestido con una camiseta blanca de manga corta, con gafas de sol, la piel tostada, de cintura para abajo le supongo un bañador porque la imagen que emitían era la de un busto parlante que contestaba unas preguntas relacionadas con el verano y debajo de su imagen en amarillo, ahí estaba; veraneante. Me hizo gracia, hasta sonreí de lado, al tiempo que me dio mucha envidia, no sé qué más si lo primero o lo segundo, pensé que me encantaría sustituir mi nombre, apellidos, profesión, estado civil, sexo, todos esos datos y cualquier otro por esa palabra, todo el año, siempre. Estoy buscando cuáles serían las palabras equivalentes a ser lo que quiero ser el resto de las estaciones: primaverante, inviernante, otoñante aunque me debato entre esas palabras inventadas o ser siempre, solo y simplemente veraneante, porque me gusta la palabra en sí, cómo suena, porque también me gusta su significado o precisamente por él, y por la actitud de despreocupación ante la vida que debe conllevar serlo siempre.

Creo tener verdadera vocación para la actitud que implica, pero no acompañan las circunstancias, así que me tendré que quedar por ahora con cumplir a rajatabla con el significado literal de la palabra. Algo es algo.

veraneante.
(Del ant. part. act. de veranear).
1. adj. Que veranea. U. m. c. s.

veranear.
1. intr. Pasar las vacaciones de verano en lugar distinto de aquel en que habitualmente se reside.

sábado, 23 de julio de 2011

Remembering.

"And we kissed.... though nothing could fall".
Escrito en la espalda de un abrigo negro.
Lo primero que supe de ti un corto invierno, será también lo último que olvide, este largo verano.

miércoles, 20 de julio de 2011

Escribir cien veces.

No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No seé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer. No sé querer.

Entonces,...
Qué atrevida es la ignorancia.

lunes, 18 de julio de 2011

Certeza.

Leo en algún sitio:
"Estás donde tus decisiones y la ausencia de ellas te han llevado."
Verdad verdadera.

sábado, 16 de julio de 2011

En conjunto....

El tipo ataviado con un vaquero claro y una camiseta imperio que debió ser blanca en algún momento de su vida, la del hombre y la de la camiseta, lleva un rato cantando acompañándose con una guitarra. Es un conocido de un conocido de un conocido que se unió al grupo, él y los otros dos conocidos, a penas le presto atención, no tengo la noche ni me apetecen conocidos de conocidos que al final son más que los que habíamos quedado en un principio, ni mucho menos estoy para tocar las palmas a nadie, aunque confieso que ni canta ni toca nada mal, de repente empieza a cantar...



Y a mí me resulta inevitable buscar insistentemente tu mirada pero estás a años luz y por supuesto no buscas en absoluto la mía, ni tampoco mi persona. No sé por qué me acuerdo de los chica guapa que me decías que me hacían sonreír también por dentro, supongo que por la indiferencia de ahora, y al hacerlo me entristezco porque no sé que te debo parecer en estos momentos, qué piensas de mí, porque es imposible que no pienses, pese a que seguramente esta noche te gustaría desaparecer de mi campo visual o que yo desapareciera del tuyo.

Me entran ganas de despejar dudas, de levantarme cogerte de la mano y pedirte que te vengas conmigo, que quiero viajar contigo esta noche, que quiero ir a ver el mar contigo, que quiero que nos miremos allí a los ojos bajo esa luna llena, porque sé que allí no vamos a poder mentirnos, porque quiero saber si me sigo perdiendo en azul.

Me levanto, pareces adivinar mi intención de dirigirme a ti, te me adelantas con otra intención bien distinta a la mía, te levantas y te vas. Me quedo allí de pie, con ganas de pedirte que te vengas conmigo, que quiero viajar contigo esta noche, que quiero que ir a ver el mar contigo, con ganas de echar a correr detrás tuya, y en lugar de eso pido otra cerveza y comienzo a beberme la noche pero todo es inútil porque es otro el tipo de sed.

...vacío.

miércoles, 13 de julio de 2011

Lau.

Cualquiera con menos imaginación que la que pueda tener por ejemplo la mosca del vinagre - cuatro pares de cromosomas no deben dar para mucho, sin menospreciar conste, que en investigación ha dado de sí lo que no está escrito - sería capaz de figurarse como podría sentirse un alguien si la aparición de otro alguien que ha estado temporalmente ilocalizable(1), parece supeditada a menesteres tangibles, palpables, corpóreos, diré materiales para terminar antes, y no estoy hablando del poderoso caballero, si no de números y papeleos, que al fin y al cabo.

Aunque tengo claro desde hace tiempo que nadie es imprescindible en nada - sí es insustituible una madre por ejemplo, pero no es el caso - en este momento a una no la pueden prescindir temporalmente, no lo digo con la boca grande ni sacando pecho que bastante triste me parece lo que es. No es por eso que no se cumpla lo que he dicho tengo claro desde hace tiempo, porque prescindible como todo y sustituible como casi todo, ya se es.

Podría escribir aquí una larga lista de palabras que trataran de describir pero me voy a quedar solo con una, desencanto, y su larga lista de sinónimos desilusión, desengaño, decepción, hastío, échale tristeza a granel o granizada que es verano y estamos que lo tiramos (¡viva! ¡todo lo mejor al mejor precio!), y bébelo a pequeños sorbos para que no te hiele, (que de hieles se va sobrada), el aliento.

¡Ah!, pero, no te enfades, disgustes, entristezcas, derrumbes, desesperes, descorazones, por favor, no vayas a ser excesiva, contención, no hagas ninguna escena, contención, hay que ser práctica, contención, no apetece e incomoda tan desolador espectáculo, contención, achanta la muy, contención, que ahora lo primero es lo primero, contención, que también parece ser lo más importante, contención.

Ser un ser civilizado con sentido de la responsabilidad es una auténtica porquería, entiérrate en papeles sin opción a la papiroflexia, mientras, deja que fermente todo el contenido, y cruza los dedos para que acuda algún ejemplar de Drosophila melanogaster a ponerse tibia de vinagre, que lo mismo así purgas la pena.


(1)No hablo de imaginar lo que se siente en el primer momento en el que la pobre idiota experimenta pese a todo hasta algo parecido a la alegría, sabiendo que el otro alguien está bien, si no de imaginar lo que se empieza a sentir en el instante en que tras el alivio se amontona de golpe el no entender muchas cosas, como que no se hiciera al menos una señal de humo para quitarle de encima la preocupación, porque el resto de lo que se amontona ni con humo ni con una pira.

lunes, 4 de julio de 2011

La conquista del espacio.

(Re)Descubro que dormir-dormir duermo mejor sola.
Se me pudo perder en el camino la idea romántica de dormir abrazada a alguien, se me pudo escapar el romanticismo por cualquier rendija, se pudieron borrar de la paleta los rojos, o ponerse en stand by el corazón. No voy a buscarle los tres pies al gato, ni entrar en análisis que excusen y no expliquen lo que pueda significar, ni hablar sobre el paso del tiempo, las no siempre plácidas convivencias, ni en lo que siento y pienso o dejo de sentir o pensar al respecto, porque estoy en modo ahorro además de en consumo en espera.

Ser realista es reconocer que duermo mejor sola: duermo directamente. No ser realista es no reconocer otras muchas cosas lo que me sitúa en el limbo por hoy.

Avanzo en la conquista del espacio, venciendo la gravedad del trance circunstancial. En la horizontalización ya no ocupo solo el lado derecho, es curioso porque siempre que he dormido acompañada o que he compartido cama o que nos hemos acostado dos, que han sido muchas más noches (según) días (según) o tardes (según) que no, desde hace ya unos cuantos años, he descansado o no (según) en esa orilla, y los distintos alguienes que acompañaron parecían encajar (temporalmente) a la perfección extendidos en ese espacio, acomodándose en algún momento en esa orilla izquierda que ahora estoy conquistando.
En qué lado de la cama duermes o no (según) podría ser una pregunta para descartar: descarto quién del izquierdo o descarto quién del derecho, sería otra pregunta para formularse (o no, según).