martes, 27 de julio de 2010

Urgen Vacaciones. Razón aquí.

Pudiendo por fisonomía ser apta para el funambulismo, resulta que por mi idiosincrasia mi continente y sobre todo mi contenido se resiente de tanto caminar de puntillas ahora en el alambre, ahora en la cuerda floja.
Urgen vacaciones no conjuntas, poner distancias, mirar con un catalejo.
Urgen vacaciones para conjunto disjunto, c'est la vie.

sábado, 24 de julio de 2010

De lo que era lo más.

Pensaba haber subido al local de mujer estupenda a tomar una cervecita según saliera del trabajo, pero me he venido a casa. Estoy asocial perdida, demasiadas horas sola en el trabajo durante toda la semana, tratando con ciento y pico desconocidos a diario que buscan remedios que solucionen sus males, y que me hacen pensar que si no los tengo para mí como los voy a tener para el resto.
A veces las consultas son de lo más insólitas, me veo obligada a poner la cara de no pasa nada, es normal lo que me plantea-pregunta-afirma, cuando realmente no estoy dando crédito a las barbaridades que mis oídos se ven obligados a escuchar, la ignorancia es tan atrevida y hay tanto ignorante suelto, que con frecuencia me cuesta conseguir que los globos oculares no se me salgan de las órbitas a tropecientosmil kilómetros por hora impactando contra el blanco de mi descrédito, otras veces temiendo que no sea capaz de conseguirlo hago como si tuviera que buscar algo, me doy media vuelta y recorro todo el pasillo farfullando entre dientes todo lo que me viene a la cabeza para volver como si no hubiera pasado nada.

Por otro lado de nuevo vuelta a las viejas discusiones, hay cosas en las que nunca pensaremos igual ni nos pondremos de acuerdo. Empiezo a pensar que soy un bicho raro. No entiendo por ejemplo que si va a venir alguien a pasar unos días a casa, unas vacaciones nada improvisadas, pensadas-repensadas con tiempo, yo me entere el mismo día de la llegada, vamos que esta mañana he salido medio en pelote de la ducha y allí estaba. No sé ni qué cara he puesto, de megasorpresa inesperada fijo, ganas de que se me salieran los globos oculares acertando de lleno en mujer estupenda no me han faltado, pero por mi trabajo como ya conté antes tengo un gran dominio para que no se den ese tipo de percances. No se trata de pedir permisos, ni de que a mí me moleste, se trata de que me gusta saber, para organizarme, para que no me pille con la nevera medio vacía, o con la habitación de invitados hecha una leonera, y también por qué no, porque eso me descoloca el diario, tal vez el problema esté ahí, en mi exceso de organización y lo cuadriculada que soy a veces,(con mucha frecuencia), y su continua improvisación y falta de orden. No sé de qué me sorprendo si cuando nos conocimos su lema no era la organización y lógicamente sigue sin serlo, y entonces me parecía lo más, pero ahora, aunque no siempre, le encuentro alguna que otra pega.

lunes, 19 de julio de 2010

Despertarse

Que lo primero que vean tus ojos recién abiertos sea el contraluz de sus caderas desnudas.
Que ansíes acariciar su piel de luna.
Que el deseo lo ocupe todo de golpe.
Que te despojes del traje de cosmonauta.
Que ya sólo quieras leer braille en los poros de su piel.
Que viajes al espacio en un 1,50 x 1,90.
Qué no exista el tiempo.

domingo, 18 de julio de 2010

Viaje Exprés

El fin de semana ha sido de aupa, con la agenda totalmente ocupada, algo más de 30 horas no dan para mucho más, así que ha habido que organizarse bien.

Sábado mañana, mi madre me recibe con esa gran sonrisa suya, nos abrazamos, nos besamos, hablamos, nos reímos. Hemos quedado a las 13 con E, mi hermana mayor, a quien si no fuera mi hermana y nos hubiéramos cruzado en la vida también tendría como amiga, se han comprado un piso y vamos a echarle un vistazo. E se tiene que retirar pronto que mi sobrino impone horarios. Cañas y tapeo con mi madre, paso por casa para siestear que nos da tiempo para a las siete irnos a casa de C, mamá de la cumpleañera.

Imperdonable hubiera sido perderse el tercer cumpledías de mi sobrina. Me enternece hasta el límite de poder deshacerme de lo blanda que me pone cuando me llama por mi nombre y me dice que me quiere, la quiero con una forma de querer que descubrí hace tres años cuando llegó a la Bola del Mundo, querer que ha seguido creciendo con ella y con la llegada de mis otros dos sobrinos. Qué pena me da perderme su diario.

Sábado noche, quedo con las cuñis. Hacía tiempo que no las veía, esta vez no tenía excusa, pendiente estaba desde hace mucho la visita a su nueva casa, se mudaron al poquito de venirnos nosotras aquí, fuimos vecinas puerta con puerta algo más de un año. Están muy bien ¡me alegro tanto!. Nos ponemos al día, echamos unas risas acordándonos de las barbacoas que hacíamos y anécdotas varias que vivimos en El Palomar, nombre que pusimos a esos dos áticos contiguos. Nos vamos a dar una vuelta por Chueca, hace mucho tiempo que no salgo por el ambiente, el de Badayork es decadente y prefiero ni pisarlo. No ha cambiado nada es como si el tiempo se hubiera detenido allí hace dos años. Saludo a más de una cara conocida de las asiduas de antes, que parece ser que siguen siendo también las asiduas de ahora.

Encuentro ocasional con C, que parece como siempre salida de un cuadro de Julio Romero de Torres, después de un par de copas declino su invitación a desayunar, la última invitación a desayunar que no decliné fue de mujer estupenda, y antes de la suya no declinaba nunca las de C, ni ella las mías.
Retirada a tiempo antes de que sea incapaz de retirarme, que me conozco y me puede sorprender la luz del día saliendo de algún garito.

Domingo, me levanto relativamente pronto desayuno con mi madre, y nos vamos a ver el piso de T mi hermana pequeña, por fin se lo han dado después de casi 4 años de espera, lo que me hace pensar que mi madre cuando se vaya T se va a quedar sola en casa, cosa que me preocupa mucho.
Nos juntamos para comer toda la familia, mi madre, mis tres hermanas, mis tres cuñados, la niña-los niños de mis ojos-mis tres sobrinos. Disfruto de la comida, de su compañía, de que estén siempre, de que estemos, y sepamos que vamos a estar para lo que sea.

Como siempre me ha faltado tiempo para estar más con ellos, es por eso por lo que a pesar de estar muy bien aquí no hay día en que no piense en volver a vivir a Madrid.

sábado, 17 de julio de 2010

Por nada.

A lo mejor no tenemos vacaciones este verano, es posible que no hagamos nada distinto a lo que hacemos el resto del año, pero no cambio un mediodía como el de hoy ni tampoco muchas de las noches que estamos pasando en una terracita a los pies de la Alcazaba por nada del mundo.

Mañana me voy a Madrid, tengo una cita ineludible, una fiesta de cumpledías a las siete de la tarde y no pienso faltar por nada.

martes, 13 de julio de 2010

La letra pequeña.

No soporto, me parece de un mal gusto terrible e incluso me pone de muy mala leche ese eslogan del "Yo no soy tonto", supongo o quiero pensar que independientemente de las vivencias o circunstancias personales-familiares no debo ser la única a quien le de ese mal rollo. Así que a cuenta de lo del mundial estaba la mar de contenta porque la empresa del eslogan hizo una campaña publicitaria en la que se comprometía a devolver a sus clientes el importe de los televisores y proyectores que hubieren comprado entre el 4 y el 7 de Junio.

Hablo en pasado, digo que estaba la mar de contenta, ( no porque me tuvieran que devolver a mi nada que el televisor que tengo es en usufructo-delacasera-delañolatana, y proyectar lo único que se proyecta es la posibilidad de unas cortas vacaciones a largo plazo), porque parece ser que la campaña tenía letra pequeña y es que los del balón tenían que haber ganado todos los partidos de la primera ronda, como palmaron contra Suiza, mi gozo se queda en un pozo, y la del dichoso eslogan se sale con la suya.

No estaría mal que la letra pequeña creciera como Alicia en el país de las maravillas engullendo el eslogan, que de pastel no tiene nada, para que los de la doble M no consigan lo que pretenden con sus campañas, a ver si acaso.

domingo, 4 de julio de 2010

Calma chicha.

Las cosas se reubican, se recolocan, vuelven a encajar como si de nuevo supieramos jugar al Tetris, como si fueramos capaces de que no cayeran-sucedieran sin control formando una torre que se mantenía en pie de milagro, y si bien nada vuelve a su sitio, todo ocupa el espacio que tiene que ocupar en este momento para seguir jugando al Tetris en el modo 2 jugadores burlando al Game Over.
Calma chicha con música de fondo.