domingo, 27 de diciembre de 2015

Ello

Tengo insomnio. Entonces, ha habido un momento en que creo que hubiera sido capaz de dormirme, pero la vecina de arriba ha llegado con sus tacones trocotró trocotró trocotró, como un caballo percherón, al trote. No sabéis cuánto mal hacéis con los tacones a las 4:45 am. Debía venir orinándose viva, porque después del trote he sido transportada de sopetón, sin coger lo mínimo ni el cepillo de dientes,  a Venezuela, al mismísimo Salto del Ángel me ha llevado el sonido de la cisterna.  Todo muy bien. Muy pladur. Muy terrenal.
Tengo insomnio y estoy nerviosa. Me vendría muy bien un masaje en la cabeza, que también me duele. Pienso en unas manos grandes, firmes, fuertes, pero delicadas al tacto y al contacto sin caer en lo meloso. No me gustan las manos pequeñas ni blandas ni con uñas largas ni con dedos cortos ni descuidadas ni sudorosas. Pienso en unas manos. Unas. Dos, en concreto.
Tengo fantasías con alguien. Me invento su vida y la mía. Y todo es perfecto, porque para el resto ya está la realidad.
Tengo antojo de  Pásteis de nata. Creo que es un poco mi ello, que diría Freud.

martes, 22 de diciembre de 2015

"La Tacones"

Escribo mientras se cuece la pasta, que hoy tampoco estará al dente. Me duele la cabeza. Es un dolor sordo, continuo, puñetero, que me mina,  el mismo que hace días aparece de repente  y no  me abandona. Esta noche tengo la cena del trabajo. Me apetece, pero no. En realidad, me metería debajo del edredón y no saldría, al menos en un  par de días, cinco, siete, quince, veintitrés, siempre. Hibernar, en  este invierno raro de hasta 16º C, en el que me canso de escuchar hablar de mocos y toses, y no pongo cara de asco cuando me sobra información, que es muchas veces. Me miro en las ventanas del metro, de vuelta a casa. Soy una ojera profunda y perpetua.

Regalo calendarios, paraguas, lotería, pastilleros, caramelos, muestras, "- ¿De qué?  - De lo que sea. Da igual", (me dan ganas de dar geles de higiene íntima, condones y lubricantes, sigo con mi teoría de que el problema es que no se folla suficiente. El saludo y el polvo, no se le debería negar a nadie), a los viejos y a los no tan viejos. Qué asco la condición humana con todo lo gratis y las exigencias. Todo esto por escribir de lo que no es realmente importante, de lo que me la suda aunque siga sin poder con la falta de educación, pero ya no me encabrono, como antes, como cuando era más joven. Allá cada cual con sus carencias, con las mías tengo bastante. Es buena la edad por eso.

La vida transcurre. Una semana bien. Una semana mal. Una semana peor. Una semana bien. Una semana mal. Una semana peor. Así. Es el patrón últimamente. Estoy en la semana peor, creo que la siguiente no será bien sino aún peor. Qué propósitos ni qué mierdas. Me canso de culpas que no son mías. Es sencillo verter tu mierda sobre el otro. Es poco moral también. Habló de putas "La Tacones".