martes, 28 de diciembre de 2010

28D.

Y sí, no te voy a quitar la razón, es posible que lo que pase es que esté muy cabreada porque sigo sin entender que se tomara la decisión sin contar conmigo, sin siquiera, para que el desconcierto no fuera mutuo, comentarlo antes - que no estamos hablando de quitar el gotelé y cambiar el color de las paredes - para después pedirme que me implique. Se dio por hecho que estaba dispuesta. Y de hecho sólo defraudo. Ya ves que la disposición la pierdo en cuanto pierdo la paciencia, que se me hacen una eternidad entre otros los tiempos después de la cena, ¿cómo si me pongo a pensar en tres años para la independencia, siendo optimista, no me voy a impacientar, y se me olvide contar hasta 10?.
Después todo tan desgarrador,...como que te ves obligada a quedarte, tan duro,...como que el marrón en cuanto puedas te lo tragarás tú sola, tan amargo,... como si yo te dejara con todo el peso de algo en común, tan áspero,...cómo recalcas que me quedaré con mi vida tran-qui-la , - y rota .

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