después persistente el eco de una frase envenenada con piel de serpiente enroscada entorno al pecho, la falta de aire con esa opresión es sólo cuestión de tiempo, empezando a descartar estoy tenerle filia a la apnea.
Contar hasta mil porque aunque desdigas el sonido de lo pronunciado con anterioridad no reverbera.
Hubo un antes, luego ni sé.
Habrá que salir del desfiladero del eco...
ResponderEliminarTantaria, en eso estamos. Cuánto tiempo! :).
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