sábado, 7 de mayo de 2011

A la que improvisa.

Parece ser que no hay manera de que nada salga a derechas, una trata de seguir siendo optimista, de seguir hacia adelante, tratando de pensar que no, no es mala suerte, que ese tipo de contratiempos le suceden a cualquiera, que es normal, pero a veces cuesta, porque se planea, se programa con ilusión, se sueña con, y ya se encarga lo que sea que tenga que pasar de echar por tierra todo eso. Cosas, como que el miércoles surja un contratiempo y se supere, que el jueves surja un nuevo contratiempo y se supere también, que el viernes surja aún otro más y también se supere ese, que lleves ya tres días de cabeza, y cuando piensas: ya, ya está, ya nada más, imposible que pase algo más, sucedan cosas menos importantes que las anteriores, como que se averíe el coche el día antes de salir de vacaciones, - que por exigencias del guión resulta que iba a ser un domingo, que ya no será, y quién sabe si lunes o martes o cuándo -, y esa sea la gota que termine de colmar el vaso. Y sí, es posible que cualquiera pueda pensar que se pueden buscar alternativas, que tampoco es para tanto, pero una se desinfla de golpe, cansada de tanto en contra, como si le abrieran la válvula de seguridad, y le soltaran una tonelada encima, y le parece que no puede con eso, no ahora, no en este momento, no después de todo lo anterior, que no son solo esos tres.

Que las cosas pasan siempre por algo, tengo mis dudas, y de ser, ese algo no es más que una nueva broma de mal gusto- por no decir putada - de esa que improvisa.

A veces parece que conseguir hacer nada del otro mundo, nada que dependa de múltiples factores, nada que no haga el resto del universo con facilidad, nada que esté al alcance de la mano de cualquiera, nada que sea imposible, sea tan difícil, que dan ganas de hacer precisamente eso, nada, a ver si acaso.

Así que a ti, sí, es a ti, no mires a los lados me dirijo a ti que improvisas conmigo, te digo: olvídate de una vez por todas de mí, que sí, que sé que puedo, pero ya está bien de tanta prueba, de tanta dificultad, de tanta traba, de tanta zancadilla, de tantos sinsabores, de tanto no dar tiempo siquiera a disfrutar de un buen momento, porque a ti, sí, a ti, no pongas cara de yo no fui, no sé por qué extraña razón no te da la gana de que así sea.


¡Qué me quiten las velas negras!

4 comentarios:

  1. aydios¡ Una pregunta... "ati" lee tu blog?

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  2. BO, no creo, ¿no?, es muchísimo más entretenido mover los hilos que pasarse por aquí.
    Saludito dominical :)

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  3. Venga Silbante que ya vendrá el reverso de la moneda.
    un beso

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  4. Bur, la moneda ya está de canto, en nada aparece reverso :)
    Beso.

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Ellas/os también silbaron.