martes, 24 de mayo de 2011

The Best...

En el viaje de regreso a casa, pongo a reproducir toda la música del IPod en modo aleatorio. No sé qué tengo ganas de escuchar en ese momento después de haber seleccionado dos o tres grupos que me apetecían, así que prefiero dejarlo al azar y a un volumen moderado que me permita aislarme lo suficiente de los sonidos que emite el autobús circulando por la autovía, de la emisora que seleccionó el conductor, y de los que provienen del resto de pasajeros, (móviles con tonos de llamada insufribles que no dejan de sonar, conversaciones telefónicas anodinas en su mayoría a casi grito pelado que pasan de lo personal a lo colectivo, ronquidos,toses de no nos libramos ni uno, música que hay quien se empeña en compartir con el resto), y a la vez concentrarme en la lectura.

Ahí estoy, sentada en ventanilla, del lado del arcén, sin compañero de asiento, lo que permite poder no llevar las rodillas practicamente clavadas al respaldo del asiento delantero, - doy gracias por poder no salir como un cuatro en la primera y única parada que se hace en el recorrido-, escuchando música, leyendo y sumida en varios pensamientos que de tanto en tanto me hacen levantar la vista del libro para mirar a través de la ventanilla, más allá de esos paisajes que vamos dejando atrás, paisajes en verdes que comienzan a ajarse cediendo poco a poco el cromatismo a los amarillos, los ocres, los marrones, anuncio de un verano cada vez más próximo. En una de esas, de repente una frase de una canción que se ha debido repetir en más de una ocasion, pero que con el ensimismamiento me ha costado reconocer, porque escucho y no escucho la música, me hace mirar la pantalla del reproductor para corroborar el título, que intuyo. No recuerdo cuando la bajé, ni siquiera si la he escuchado antes, ni qué hace ahí, me parece un islote en medio del resto de la música tan dispar, pese a la cantidad de veces que he actualizado, añadido, borrado canciones, creado listas, etc, ésta por una extraña razón permanece. Sonrío, mientras pienso todo lo anterior, porque en el momento en que identifiqué esa frase de la canción me vino a la cabeza un alguien que en los últimos tiempos, esos en los que comía pistachos para tratar de criar sonrisas, me repitió esa misma frase en más de una ocasión, confieso mi descrédito de entonces.

Me paro a pensar en el momento actual, y no me queda otra que al final darle la razón a ese alguien.
Sí, Señora, sí, aunque todo apunte a lo contrario:
Lo mejor está por venir.



... is yet to come.

5 comentarios:

  1. Guauu, qué viaje más movidito y cuántas reflexiones provoca.... Cómo me gustan los viajes en tren. Te puedes poner a soñar mirando las formas de las nubes, es lo de siempre, pero es muy socorrido y te hipnotiza contra ruidos, llamadas tlf de otros y señoras que creen estar dando un mitín en pleno vagón.
    Siempre podemos encontrar una islita nueva donde poder refugiarse, y esa canción lo fue entonces... Si, Sí señora, "lo mejor está por venir", toma ya...buen final para un feliz viaje.
    besos y rebesos.

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  2. ¿Tren? ¿quién dijo tren? si yo he imaginado un autobus...

    Tienes razón: hay frases que deberían ir impresas en el reverso del DNI, en letra pequeñita, para recordarla cada vez que te lo piden para pagar las compras, por ejemplo. Y esta es una. Y "que la suerte te acompañe" sería otra. Cortita. Como yo...

    Besos y burbujas.

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  3. conserva esos asesores ;0) Bonita entrada. Besos
    BO

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  4. - Eva, me he tenido que reír, porque pensé que sí hubo quién pasó como el AVE. :)
    Besos guapa!

    -sparkling, repetida como un mantra :). Positivas como tú.¡Qué la fuerza te acompañe!
    Un beso a mitad de una semana que fluye.

    - BO, sí, esos son los que no habría que perder. ¡Gracias! Beso.

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  5. qué milagro esa música que no se espera, que llega como por azar ;)

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Ellas/os también silbaron.