martes, 10 de agosto de 2010

Post-Vacaciones


Las vacaciones han sido demasiado cortas.
Dicen que el cuerpo es sabio, pues al mi cuerpo a mitad de las vacaciones se le estropeó el termostato, cuando hace plof sólo hay stop, lo que me obligó a quedarme pinchada en esta ciudad de temperaturas insufribles.
Antes del fallo mecánico pude comprobar que mirar con un catalejo eleva la base echar de menos a un exponente infinito.
Los reencuentros son siempre estupendos, pero no ¿podemos irnos para volver continuamente?, porque en algún momento dejarían de ser estupendos para ser menos estupendos, después menos menos estupendos, y aún menos menos menos estupendos para al final ser vueltas-rutina (supongo).
Nunca he querido tanto, y nunca he querido tanto que terminara un verano.
Alejarse hace ver las cosas de otra manera, pero no soluciona nada, no existe una relación directa entre el aumento de la distancia y la resolución de nada, a más distancia más distancia simplemente, de la otra forma sería demasiado fácil, sería genial e incluso más práctico que los problemas fueran ecuaciones de dos incógnitas e infinitas soluciones, por qué no lo inventa alguien.
Hoy llevo todo el día con la misma canción en la cabeza, no pega nada con el mal humor que tengo, no combinan bien, es como si cantara a cuadros y estuviera pensando a rayas.
Estoy buscando una escafandra al pie del mar de los delirios, así comienza la estrofa de la canción que no hago más que tararear, luego habla del capitán Nemo, Jacques Cousteau, batiscafos y abismos,toda una movida.
Necesito un mar real.

2 comentarios:

  1. uuufff...la distancia no arregla nada..te llevas contigo eso que quieres resolver..y se queda pegado a tu espalda en forma de mochila eterna.
    Cuando encuentres esa escafandra me avisas..me encantaría pasear por las profundidades, pero no en un mar de delirios..sino de realidades bien equilibradas, de verdades reales...
    La locura la dejo para los ratos de siesta con sueño incluído.
    saludos y a seguir en la brecha

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  2. Habrá que fagocitar la mochila antes de que la mochila me fagocite a mí.
    El día que encuentre la escafandra silbo, aunque me estoy planteando la inmersión a pulmón libre.
    Buen momento para locuras ese, con o sin sueño.
    Saludos de mediados de agosto.

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Ellas/os también silbaron.