lunes, 29 de diciembre de 2014

Bola de Nieve

Y aquí estoy, después de doce horas trabajando atendiendo a las hordas ociosas. La Plaza Mayor no deja de vomitar gente. Los turistas no paran de llegar. Hoy mucho México y japocoreanos. Mejoro mi spanglish rápido. ¡Lo bien! En verdad, es lo único bien. Comunicarme todos los días en inglés.
Trato de subir mi ticket medio cruzando ventas. Estoy un poco hasta el pirri de eso.  ¿Que en qué consiste cruzar ventas? Pues en que, por ejemplo, si tú me pides un paracetamol porque te duele la cabeza, yo te tengo que conseguir vender (perdón, dispensar, que soy una profesional): el paracetamol, a poder ser que no sea EFG  sino EFP, una motosierra para que te cortes la cabeza por si no te funciona el analgésico, unos puntos de aproximación por si consideras la posibilidad de volver a unirla al cuerpo, unas gasas y Betadine para que no se te infecte el tajo. Luego ya, como quien no quiere la cosa,  te recomiendo algo para que duermas porque es seguro que después de eso no te será muy fácil pegar ojo, y algo más para que no te duela el cuello porque la analgesia del paraceta no va a ser suficiente, fijo. A lo mejor, también, un poco de cinta americana. Lo que se me vaya ocurriendo... ¡Si puedo te lo endilgo todo! Se trata de crearte una necesidad. Tú te irás a tu casa tan contenti porque te he creado una necesidad y te he dado una solución. En realidad, necesitas decapitarte hace tiempo. ¡Y lo sabes!  Contenta, yo,  porque de un artículo que te ibas a llevar al principio te has llevado seis o siete u ocho y el lunes (mañana, no me caerá bulla), y la dueña del cortijo más contenta aún dando palmas con lo que pueda. Así durante doce horas. Un sin vivir, de verdad.

Viendo Cuarto Milenio, bueno, de fondo, escucho decir a ese ser con aspecto de operario parroquial, de nombre Iker, que una de las figuras de Bélmez es un feto erguido. Me pregunto cómo se irgue un feto, porque no me da la cabeza para preguntarme nada más o nada más allá o más profundo o nada en general, y porque no me imagino la manera. En una de las reconstrucciones aparece Terele Pávez. ¡Terele Pávez, pardiez, qué ñoco haces ahí, si eres una grande! Por suerte no hace de feto erguido, pero lo mismo si se lo hubieran pedido... Porque ella también es una profesional. A mí se me hubiera quitado de la cabeza estas imágenes de guisantes prehumanos haciendo el... No sé describirlo. Luego ya, en el programa, se ponen a analizar. Salen hombres con batas blancas (ya ves, también venden lo que quieren) y se les va la olla un poco, a todos. Como si estuvieran puestos.

Tengo grabada en la cabeza una caja de Meloxicam 15 mg, con la palabra "Rodiya" escrita con boli azul. No se me va.

Tengo ganas de nieve. Hoy ha hecho mucho frío. Creo que solo es necesario que alguien ponga boca abajo a la ciudad  para que empiece a caer y volvamos a sentirnos niñas o a sentirnos o a sentir. La nieve siempre despierta ilusión, también es melancólica. Es una mezcla rara.

Hoy no sé por qué esta canción:


1 comentario:

  1. Estoy por quedarme en mi botica rural de siempre.. Lo de crear necesidades para venderlas me da vergüenza, me resulta amoral y no lo impondría. Al parecer somos empresarios.
    Un octavo de meloxicam de 7,5 mg para las caderas displásicas de mi perro.
    Lectora colega.

    ResponderEliminar

Ellas/os también silbaron.