martes, 18 de enero de 2011

Niebla.

De cañón...

La niebla acompañó la mañana, que se podía cortar en porciones, con la facilidad con que se corta, por ejemplo, un queso fresco. Al paso por el puente no se veía el río, ni siquiera las balaustradas. Niebla por dentro. Niebla por fuera. Que aquí no hay chisteras. En el taxi suena la música digamos animada, de una emisora de esas de Fm, interrumpida solo por el anuncio de la llegada del esperado viernes, una locutora jovial, un mundo ajeno...Imagino como para distraerme, las distintas historias de los ocupantes de los coches que siguen nuestro camino, si tienen sintonizada la misma emisora, si van o vienen del trabajo, si salen de viaje el fin de semana, si tienen preocupaciones, si hoy es un buen día, si sienten el mundo como yo en este momento.
El día no rompió, como ahorrándose el tramite, como a sabiendas de que ya lo iban a hacer otros por él. Nadie te prepara para esa que improvisa con nosotr@s, aunque alguien podría haber tenido la delicadeza de advertir. Ahora quítale hierro al asunto como con un imán,- todo ese metal de golpe pegado al pecho- , haz como si no pesara, como que no pasa nada, que el panorama no es tan desolador, que no piensas que esa que improvisa es una alimaña.

...la carne.

2 comentarios:

  1. Hay días tristes. Lo reconozco. Pero a ver si eres capaz de negar que al final acaba por salir el sol...

    Un beso. Y una burbuja.

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  2. Eso soy incapaz de negarlo. Empieza a asomar timidamente... ;)
    Un beso sparkling.

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Ellas/os también silbaron.