Hoy estoy entre dos aguas, y dos tipos de música bien distintas. Al final opto por una de ellas. Dejo la de cortarse las venas en asterisco para otra ocasión.
Porque la vida es breve, tú sigues durmiendo. Se irá la mañana. Luego, las prisas. Y me adapto, me adapto a la anarquía de los horarios, a comer a las cinco de la tarde, a que los planes no sean nunca, a pisar la calle sin ti a una buena hora, sin fruncir el ceño salvo por el sol de frente. Y me voy sola a dar un paseo, compro el desayuno (merienda cena para ti), y asumo, de nuevo, que cuando tú amanezcas yo llevaré ocho o nueve horas despierta y nuestros ritmos irán desacompasados todo el día. Tomaré el aperitivo y tú un café. No es lo más importante pero suma o resta. Es aritmética.
Porque por encima de la campana gorda se prescinde de lo imprendiscindible, se le puede llamar inconsciencia, y es entonces cuando todo empieza a no funcionar de nuevo. No hay nada más. No le des más vueltas. Se nos va la química al garete literalmete.
...cuchillo de palo.
Porque la vida es breve, no nos perdamos más. ...cuchillo de palo.