martes, 5 de febrero de 2013

- 10.

Luz de tarde
Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo este espacio
tornar a esta instante
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden que pueda volver a encontrarme.

Estas ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la apariencia tranquila del aire,
esas olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando ya no esperaban que un beso de amor las rozase...

Me da pena mirar estas cosas, querer estas cosas, guardar estas cosas.
Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarmen,
poblando otra tarde como ésta de ramas que guarde mi alma,
aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver otra vez a soñarse.

(José Hierro. De “Alegría” 1947)


Hoy he estado enseñando el piso a posibles inquilinos. Todo para que me devuelvan la fianza cuando me vaya, aunque no las tengo todas conmigo.

Ha sido extraño. Sé que me voy. Que la semana que viene ya no estaré aquí. Es una decisión propia porque me podría quedar perfectamente. Y aún así se me hace un poco (mucho) cuesta arriba. R. me dice que soy muy de costumbres. No creo que se trate de costumbres si no la certeza de que cuando cierren esta puerta a mi espalda, en ese momento, habrá terminado una etapa de mi vida que comencé pensando que las cosas iban a ser de otra manera. Y como al mismo tiempo he sido incapaz de hacerlas de esa manera allí donde voy.

Por la tarde vino un chico joven, guapo, tímido; se movía con pudor como si invadiera mi intimidad. No tendría más de 30 años, si es que llegaba. Le acompañaba un tipo de una inmobiliaria, que era la primera vez que veía la casa y se movía por ella con más soltura que yo misma. A veces, no soporto a esa gente tan desenvuelta, cuando de la desenvoltura se salta un escalón y se pasa a ser caradura. Esta fue una de ellas. El chico guapo habló de venir a vivir con su pareja. Me dio pena pensar que del mismo modo habité yo la casa. Comencé a imaginar su posible vida aquí. No sé. Me dio por imaginar todas las vidas que se han desarrollado y se desarrollarán entre estas paredes. En la ilusión con que se habita con alguien una casa por primera vez, en los proyectos, en los planes, en los sueños. En como, luego, todo eso se trunca. En el eco de las risas, en la complicidad. También en el silencio, la tristeza y el desconocimiento.

Cuando preparaba la gran mudanza, encontré notas de otra época que no sabía que conservaba. Incluso alguna que vino de Madrid. Estaban guardadas en los sitios más insospechados, y aparecieron entonces. Notas con pros y contras de venir a vivir aquí, por ejemplo, y otro tipo de notas más personales. Hacía daño leerlas porque lo que habían escrito en ellas fue verdad absoluta, y mi credo. Después de eso, una piensa, muy seriamente, en no volver a escribir nunca más nada - a nadie - relacionado con los sentimientos. Da miedo leerlo pasado el tiempo. Es como caer al vacío de lo deleble.

6 comentarios:

  1. Se podría decir que las casas también tienen memorias tisulares. Nosotros las guardamos en los músculos. Ellas, en sus cuadernas.
    Si ya has des-hecho la casa, no te demores demasiado. Creo.

    Beso.

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  2. ¡Vaya, con los músculos! Tan lejos su memoria de las de los peces. En otra vida me pido tener músculos pez espada para que se batan en duelo con esa parte de la memoria que no me hace bien. Me impaciento porque creo que ya estoy tardando. Nunca antes odié tanto la burocracia. Me encanta la palabra: cuadernas. Besos :)

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  3. Qué triste lo que cuentas y qué verdadero.

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  4. Cómo te entiendo, he pasado por lo mismo varias veces. Ahora bien, cuando salgas definitivamente, da un portazo que se oiga bien fuerte, que retumbe en las paredes y espante a los fantasmas que allí habitan. NO te los lleves contigo.
    Cómo me alegro que la gente comience etapas nuevas.
    Ánimo
    ETcétera

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  5. Todo saldrá bien... Seguro.

    Un abrazo de dos vueltas. :)

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  6. Y si das un SILVIDO-SILVANTE y nos cuenta como te va tu nueva vida!!!!...
    Besito

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Ellas/os también silbaron.