lunes, 7 de enero de 2013

La Profecía de las Pastillas Flota.

La anterior vez que compré pastillas para el lavavajillas pensé que esas iban a ser las últimas que compraría para hacerlas servir allí. Que antes de que se acabaran iba a estar de vuelta. Es ese tipo de pensamiento que una tiene con frecuencia, al que dota de una profundidad abisal relacionándolo con algo tan serio como esto. Que tu vida depende de unas pastillas, vamos . El caso es que eso pensaba,  cada vez que abría el armario de debajo de la pila de la cocina, metía la mano en la caja y sacaba una, para a continuación ponerla en el cajetín del lavavajillas donde terminaría su corta, pero útil vida. Dos días antes pensándolo mucho (porque tenía la intuición de que esto no iba a ser como lo de los Mayas, las pastillas de lavavajillas nunca fallan) compré en Esperanza una nueva caja, cuando llegué a casa al sustituir la caja antigua por la nueva observé que el último vistazo rápido me había engañado y que aún quedaban tres. ¡Tres! ¡Trees! ¡Treees! Pensé que me había precipitado en la compra, con qué facilidad me había olvidado del presentimiento profético. ¡Cómo podía haber sido! Tenía que haber esperado. Haber esperado. Dos días después se cumplió la profecía. Once días después de esos dos últimos, juro que nunca nunca volveré a perder la fe en las pastillas del lavavajillas y las cosas que me cuentan aunque todavía quedan dos.
Por lo demás, he borrado todas las alarmas del móvil. Especialmente gratificante ver desaparecer en el limbo de las cosas que se borran la denominada "Martirio mañanero" de los sábados y el "Supermartiiirio mañanero" de los domingos. Muy a mi pesar continúo no durmiendo bien, despertándome antes de lo que quisiera por alguna pesadilla e intranquila. Sueño mucho. Recurrente en este último tiempo el no haber terminado la carrera. (Algo querrá decir, ya se lo preguntaré a las pastillas) Después de cuatro años he podido disfrutar de un Día de Reyes sin trabajar, roscón incluido. Me he vuelto (por las circunstancias) fumadora de exteriores o al aire libre. ¡Supersana! Ma-to por fumarme un cigarro en el interior de cualquier sitio, a poder ser repanchingada en cualquier sillón, sofá, mecedora o sentada menos comodamente en una butaca, silla, taburete, o tirada en el suelo, o haciendo el pino puente, o a la pata coja sin pasar frío ¡Dónde sea!
Y menos que más eso es todo.
Flota 9 en 1.

4 comentarios:

  1. Hola sil:

    Feliz año. Creo que va a ser muy bueno para Vos... ;)

    ¿Sabes? yo estuve años soñando que me habían equivocado unas notas y que en realidad me faltaban un par de asignaturas pero, en mi ignorancia, ejercía. Eran unas pesadillas tremendas. Ahora ya me he creído que fui capaz de licenciarme y la cosa se serenó hace como veinte años... ;)

    Un beso, guapa.

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  2. sparkling, esperemos que el creer sea cosa cierta en esta ocasión. :)
    ¿No tengo ni pesadillas originales? ¡Cachis!. Dentro de veinte años te lo cuento....

    Beso grande.

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