sábado, 2 de octubre de 2010

El descanso de.

Escribo mientras espero a que termine la lavadora, - el pronóstico del tiempo dice que lloverá y en esta ciudad con río la única misión imposible es secar la ropa cuando empiezan las lluvias-, el televisor de fondo, sonidos-voces que puedo escuchar o dejar de hacerlo a golpe de mando, fumo un cigarro detrás de otro compulsivamente, no sé de qué me sirve conseguir pasar el día habiendo fumado un solo cigarro cuando por la noche rompo todo propósito. No tengo energía para preparar nada para cenar además la nevera está tiritando demasiado frió para tanto vacío, y ni se me ocurre qué, otra noche más dará lo mismo. Las piernas-lastres después de tantas horas de pie, los tobillos se me han perdido a lo largo del día o no sé si las rodillas se han desplazado a esa altura, me da miedo que se me luxe una rótula en esa su nueva ubicación. Es posible que la nicotina aplaque el hambre, pensé cuando venía a casa en pedir comida china u otra pizza pero realmente no me apetecía ni descolgar el teléfono, sólo quería llegar y poder decidir cuando suenan o dejan de sonar las voces anodinas, sólo pensé que no estaría mal que eso se pudiera hacer y de poder ser así es seguro que hoy hubiera agotado las pilas del mando.
Mañana más que hasta el viernes que viene no encontraré mis tobillos, eso también es la vida aunque es la parte que menos me gusta.
Tengo que tender.

4 comentarios:

  1. hola, silbante, gracias por tu visita en mi blog. Ah, y descansa, que me has dejado derrengada con este post, hasta me miré los tobillos, ajjajaaa.

    ResponderEliminar
  2. ¿Y estaba todo en su sitio? :) Descansar, descansar, descansar, brrrr me estoy empezando a obsesionar.
    Muchas mercis por pasarte Marcela.

    ResponderEliminar
  3. Eeeeeeenga, silbante, arriba ese ánimo, mujer!!!! Las cosas, puestas así, sólo puden ir mejorando, ¿no te parece?

    ResponderEliminar
  4. :), sólo tengo que conseguir salir del bucle, y digo yo que sí que podré ,que puedo.
    Muchas gracias blonde girl.

    ResponderEliminar

Ellas/os también silbaron.