Salir a la calle es como una liberación después de un día que parecía eterno desde primera hora de la mañana, cumpliéndose esta vez aquello de que lo que parece es. Un día en que más de un usuario habitual te ha preguntado: cómo estabas o si estabas bien. Las respuestas han sido más o menos siempre las mismas esforzándote en poner buena cara, en esbozar una sonrisa, qué les vas a explicar cuándo ese tipo de preguntas suelen ser formuladas por educación cuando no hay ningún vínculo afectivo con el otro alguien, así que mientras contestabas pensabas qué cara pondría el/la preguntador/a si en vez de ese simple: estoy cansada, no he dormido bien, alusiones al socorrido calor o el estoy bien de rigor que tratas que suene convincente, le contaras todo lo que te pasa por la cabeza, o todo lo que te pasa directamente, cómo reaccionarían ellos, (les dibujas un O_o en las expresiones, y hasta te hace gracia), en cuyas caras de desconocidos diarios no llegas a apreciar si sus días han sido buenos, si tienen más o menos preocupaciones hoy que ayer o antes de ayer y un largo etc.
Lo cierto es que no hubo nada hoy distinto a otros días, más que esa sensación como de ahogo, esas pocas ganas de todo, de querer estar a solas sin saber muy bien el por qué, y queda descartada cualquier alteración hormonal esas que a veces son un alivio en cuanto a que explican ciertos estados de ánimo o vete tú a saber si son la excusa perfecta para dejar de buscar las verdaderas razones. Hoy sin tener nada en qué excusarse el día se hizo cuesta arriba y reinó el desanimo, ¿y por qué ahora?, si otra vez, (otra vez escrito dejándose caer, como con hastío, como pensando cuántas otra vez más), parece que empiece a encajar lo que por costumbre ,(escrito con desgana), se desencaja.
Y eso es todo.
Y eso es todo.