martes, 31 de diciembre de 2013

Lo raro es vivir

"Es que todo es muy raro, en cuanto te fijas un poco. Lo raro es vivir. Que estemos aquí sentados, que hablemos y se nos oiga, poner una frase detrás de otra sin mirar ningún libro, que no nos duela nada, que lo que bebemos entre por el camino que es y sepa cuándo tiene que torcer, que nos alimente el aire y a otros ya no, que según el antojo de las vísceras nos den ganas de hacer una cosa o la contraria y que de esas ganas dependa a lo mejor el destino, es mucho a la vez, tú, no se abarca, y lo más raro es que lo encontramos normal."

Lo raro es vivir, Carmen Martín Gaite.

¡Feliz Año Nuevo!

martes, 24 de diciembre de 2013

What's This?

Doce años después me encuentro donde siempre he querido volver a estar.  No como de paso. No como un volver para tener que irme de nuevo. Estoy en el origen. Estoy en Madrid.
Es por eso que estoy contenta. Porque he dejado atrás el mal recuerdo del primer año, de esos doce, en que faltó mi padre, y no pude venir a casa, a estar con ellas. También he dejado atrás el recuerdo de tener que pedir favores (quien me conoce sabe lo que me cuesta pedir nada a nadie), para poder coger un autobús, un avión o el coche el mismo día 24 o el 31 y regresar, al oeste o al noreste, para incorporarme al trabajo el día 25 o el 1. Eso cuando los favores se dieron. También dejo atrás el recuerdo de cuando no se dieron o no los quise, porque siempre hay alguien que se aprovecha de la debilidad del otro, y por encima de todo está la dignidad.
Por eso este año estoy tan contenta. El año que viene no sé dónde estaré, pero este estoy aquí.
Sé que todo esto son costumbres, educacional, convenciones, lleva siendo así desde que recuerdo, pero a  mí conforme pasan los años me gusta más celebrarnos juntas, no solo en esta época del año. En cualquier otra lo vengo haciendo desde que volví.
Recordaremos lo mismo de todos los años. Contaremos las mismas anécdotas. Reiremos. Cantaremos. Bailaremos. Beberemos y comeremos como si no hubiera mañana. Lloraremos, aussi . Y es seguro que si alguien mirase por un agujero, no comprendería nada, ni disfrutaría incluso en el llanto compartido de un recuerdo melancólico. Lo que viene siendo el surrealismo de las relaciones familiares, y la vida.
Así que, me visto de bonita y me voy a casa de la mamma, a celebrarnos.
 
¡Merry todo, para quien se celebre y para quien no!
 


viernes, 13 de diciembre de 2013

Take this Waltz

Estos días duermo sepultada bajo un montón de ropa. Aunque más que dormir (no duermo mucho), me sepulto, directamente. El edredón nórdico, una manta, y dos colchas, las tres últimas dobladas, puestas una encima de otra. Quedo como el guisante de la cama de la princesa. Creo que me estoy volviendo aún más friolera o que combustiono por las noches desprendiendo todo el calor, para no quedarme con nada.
 
Hoy hace un frío de esos que duelen los ojos. Está melancólico y pensativo el día. Es por eso que se pone gris. Por las tardes la calle huele a leña quemándose. Hace un rato vi como la descargaban en alguno de las casas de enfrente. Las mismas que tienen esos pepinazos de coches aparcados en las puertas. A mí, ese olor y el humo saliendo por las chimeneas,  me recuerda a muchos fines de semana de la adolescencia. Me recuerda a días en familia, a  risas, a piñas, a castañas asadas, a paseos por el monte, a juegos de mesa, a chocolate caliente...  No sé qué es lo que ha hecho el tiempo con esa adolescente que fui, porque hoy pese al recuerdo no cambiaría una calefacción central por nada.
 
Después de la ducha de esta mañana, con agua hirviendo, me quedé nueva. Pero me pica la espalda. El punto muerto de la espalda se sitúa en  esa zona en la que por mucho que te abraces jamás llegas  para ponerte crema. Es por eso que la gente se empareja, por nada más. Es el punto muerto el responsable de todos los amores y desamores.  No sé por qué, durante el contorsionismo, me dio por pensar que he estado con mujeres en cuyos codos se podría encender una cerilla. ¡A los codos te llegas!
 
Hablo con Y. esta mañana. Llegamos a una conclusión. No son las emociones ni los sentimientos lo que nos mueve. Es el picor. Me he reído mucho hablando con ella. El picor nos lleva a hacer cosas que jamás pensaríamos llegaríamos a hacer. Se piensan luego. Es una fuerza sobrenatural, por la que te dejas arrastrar con gusto, para qué vamos a decir algo que no sea. Como si de golpe tuvieras un poder súper (que te lleva a querer),  entre las piernas, que lo ocupa todo. Y tu misión en la vida fuera alimentarlo y compartirlo, sobre todo compartirlo. Solo estáis tú y el picor, de momento. Necesitas la colaboración de terceras personas, que seguramente ya estén en el punto de mira. Entonces esa fuerza arrolladora te lleva.  Te dejas arrastrar y arrastras. Sin conocimiento.
 
Pienso mucho últimamente, en la cantidad de cosas que me quedan por ver. En las que no he visto nunca. No he visto amanecer ni atardecer en tantos sitios... También pienso en la cantidad de libros que me quedan por leer como una misión imposible. En si dentro de mis posibilidades podré seguir leyendo como hasta ahora, con los dos ojos. Pero eso es otra historia.
 
Tengo ganas de que alguien me invite a cenar. Una cena como romántica, pero sin que necesariamente haya amor ni nada que se le parezca. Sin que pique nada, también. No sé, que alguien viniera a buscarme y me llevara a cenar a un sitio bonito, cálido, acogedor. Alguien que me hiciera reir. Soy un estómago agradecido. Si es algo como romántico no creo que nadie me invitara a cenar sardinas, ni mollejas, ni casquería en general: es lo único con lo que no puedo. Eso incluye el foie: casquería procesada. También podemos descartar el marisco, me da pereza. ME, decía que no dijera que me daba pereza comer marisco porque quedaba como un poco vaga. Pero la realidad es que me da pereza, mucho trabajo para comer tan poco y mancharse tanto. Cuando tengo hambre me quiero saciar enseguida, soy muy básica. Así que esa tarde previa a la cena romántica, merendaré. Decidido.

Me envía un whatsapp S. Está en Bilbao. Se acuerda de un viaje que hicimos allí. También yo me acuerdo. Es curioso la prontitud con la que acuden los recuerdos que parecían estar en el último cajón de la memoria. Es sorprendente, a favor de S., que tengamos tantos años después esta buena relación. Que nos queramos de otra manera.

Ha empezado a llover. Auguro una tarde de manta y libro.

Y de esto que me acompaña insistentemente:
 
PEQUEÑO VALS VIENÉS
 
En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hau un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio.
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados.
Hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals del "Te quiero siempre"

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orilla tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en las fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.

Federíco García Lorca.
 


No se puede con tanta genialidad. Qué enormemente grandes.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

A Pepa, Fran y Konchi

 
lamentablemente.
1. adv. m. Con lamentos.
2. adv. m. De manera lamentable.
 
lamentable.
(Del lat. lamentabĭlis).
1. adj. Que merece ser lamentado o es digno de llorarse.
2. adj. Dicho del estado o del aspecto de una persona o de una cosa: Estropeado, maltrecho.
3. adj. p. us. Que infunde tristeza y horror. Voz, rostro lamentable.

lamento.
(Del lat. lamentum).
1. m. Queja con llanto y otras muestras de aflicción.

lamentar.
(Del lat. lamentāre).
1. tr. Sentir algo con llanto, sollozos u otras demostraciones de dolor. U. t. c. prnl. Era u. t. c. intr.
2. tr. Sentir pena, contrariedad, arrepentimiento, etc., por alguna cosa. Lamento haber llegado tarde.
 
"Lamentablemente no cubre el perfil del puesto.
Muchas gracias. "
 
O lo que viene siendo a Parla a mamarla, vamos. Lo grave es que casi se te salten las lágrimas literalmente,  y no de pena, si no de agradecimiento. Los segundos que han dedicado a responder tu correo te hacen volver a creer momentaneamente en el ser humano, porque eso de ahí arriba es la excepción.
 
Me pregunto si alguno de los, ya, imposibles empleadores, que amablemente contestan (la mayoría de las veces una no sabe si hay un agujero negro en la red, y al muy cabrón le ha dado por tragarse todos los correos que envías, en respuesta a ofertas de trabajo. Inicio de paréntesis dentro del paréntesis (Cada vez puedo menos con la informalidad. Es tan fácil quedar bien como generar un mensaje de respuesta automática en la dirección de correo electrónico que indican, en el que simplemente agradezcan  tu interés. Por otro lado, tampoco ellos, los informales y sus puestos  "cubren mi perfil", sea lo que sea que eso "sinnifique". No sé. ¿Quiere decir que si nos ponemos en paralelo de perfil, sobre la misma línea, y nos enfocan con un haz de luz, como para proyectar nuestras sombras sobre una pared, como para hacer sombras chinas, va a ser solo una de las dos mitades laterales de mi cuerpo la que se vea, porque al no cubrir mi perfil los eclipso o/y al revés o qué?). Fin de paréntesis dentro de paréntesis y de paréntesis en general.
Volviendo al principio del párrafo, lo que me pregunto es, si cuando escriben  "lamenteblemente" saben realmente lo que están escribiendo o lamentablemente no lo saben.
 
Por otro lado, no recomendaría si eres un empresario que pretende parecer serio - otra cosa es que  puede que te la traiga al pairo -, indicar como dirección de correo electrónico de contacto la que creaste en su día para tu boda, lista de regalos de boda o whatever, por ejemplo: pepayfranboda@menudopercalaqueteregaloelmarcodigital.net, porque Pepa, perdona que te diga, pero dan ganas de cortarte la cabeza con la espada de la tarta, y a tu novio, ya marido,  la corbata con una motosierra  y luego deciros aquello de "¡Que se besen!", a ver si acaso. Tampoco recomiendo utilizar la que usas para ligar en Meetic o practicar cibersexo en chats varios, por ejemplo: konchiyuju69@vamosnomejodasnoesserio.com, porque te imagino en la boda de Pepa y Fran, pasando la bandeja con los trocitos de la liga azul celeste de Pepa - la novia decapitada -,  a juego con la ya inexistente corbata de Fran,  moviéndote al compás de "Paquito, El Chocolatero". Podría escribir sobre unas cuantas direcciones de correo electrónico por el estilo que me he encontrado en los últimos tiempos. En todo caso, desearía en el caso de hacer la prueba de  "cubrir el  perfil", que el haz de luz fuera desintegrador, y los suyos quedaran reducidos a cenizas.
 
A todas las Pepas, Franes y Konchis, de este mundo, lamentables representantes del cutre empresariado español, solo  decirles que:
 
 
Y ya que estoy, ¡va por ellos!
 

sábado, 7 de diciembre de 2013

Es fácil desencantarse. Es de las cosas más fáciles. Tampoco sé qué quiero escribir en este momento. Mas que es fácil desencantarse, y que algunas hemos contribuida en la medida, o más allá, a eso del des-.
No sé realmente en qué está basado el amor, pero a veces entiendo que el amor (enamoramiento), no es todo lo que nos mueve. Hay algo que está por debajo de eso, o por encima, no lo sé. Que con la edad cada vez transigimos menos, y aún menos, y aún mucho menos....
La verdad es que, yo, ya no creo. Ni sé si jamás he querido a nadie, en el modo en que he sentido que otra gente me ha querido a mí, o lo que quería era la idea que tenía de ese alguien, que jamás llegó a la idea ni a lo que yo hubiera querido, supongo que igual viceversa.
No sé tampoco por qué tenemos que querernos más allá, y eso lo sea todo.
En el cumpleaños de J. nadie se planteaba nada, a veces, es chungo tanto tiempo libre para pensar, otras veces con menos tiempo ya se lían pardas, otras tampoco termina de solucionar una los grandes misterios de la humanidad, para qué.
Yo, solo quisiera, ser capaz en cada momento de diferenciar una atracción física brutal, y no confundir eso con cuentos de amores en rosa. Siendo que considero que las atracciones con chispas electrices son aún más difíciles de encontrar que esos amores lánguidos. Pero tampoco se pueden perpetuar.